[Proyecto Literario] En los umbrales de lo herido Por Charlotte Von T.



«Estoy segura de que en la cuna mi primer deseo fue el de pertenecer.
Por motivos que no interesan aquí, de alguna manera yo debía estar sintiendo que no pertenecía a nada ni a nadie.
Nací por nacer
(…). Al escribir, por lo menos, me pertenecía un poco a mí misma”.

Clarice Lispector.

Quiero ser el mar

Resuena en la roca el agua que reclama ser mar,
Escupe sus formas al suelo que dice detenerla,
El agua es refugio para la mujer del desierto,
El desierto es mar enfermo de flores.

La ola me avienta un manto de lluvia,
Y yo le devuelvo un par de hojas, hechas de poemas,
Para ti Bárbara, para ti Alfonsina,
A quienes escucho recitar al bajar el sol.

Me lanzo al agua sin saber nadar,
Penetro en la corriente dejando que me lleve.
La respiración es más profunda bajo el agua
Y no dejo de pensar en que me estoy hundiendo.

El mar me recorre queriendo bautizar mi nombre,
La orilla se agita con un magnetismo
Que no resiste el vaivén de estas aguas,
Allí soy la ofrenda para calmar la furia…
Y también la furia meciéndose en el agua.


Maleza

Como páginas que caen al suelo,
Hacia abajo pero sin raíces,
Apenas un hilo que conecta con este espacio,
Que se sostiene sin voluntad,
Enraizada a la locura que significa 
La espina doliente y la pesadilla en los ojos.

Con la angustia en la garganta,
Golpea la voz para que resuene el trueno
Y caiga la lluvia que regará esta planta.

Una grieta se extiende hasta los pensamientos,
Una sensación de ser ajena, prestada,
Un desajuste en las entrañas que me parieron.

No germina de buena manera mi semilla,
Se resquebraja entre tanto aleteo en mi nido
Al que le creció la maleza inerte 
Y marchitó sus raíces.

Se huye del lugar que no te da un nombre,
Se busca un espacio que permanezca,
Visible y entero, sin acantilados que vacilen 
Entre quedarse o huir de esta ausencia palpable.


Rastros perdidos

Hay un rastro turbulento que se marca poco a poco en esta tierra
Avanza lentamente por la aridez de este llano dejando huellas
Se queda en cada espacio dejando un huérfano recuerdo
Lanzando un hálito cansado sin materia ni sonido.

El viento oculta en sus vaivenes la pérdida de la memoria
Un ritmo roto por los signos que se encuentran en la carne
Se desfigura el gesto reprimido en una boca afiebrada
Se engrandece el hueco cínico de este pecho doliente.

¿Cómo superar la abismal distancia del océano
Que grita entre sus olas un mensaje naufragante?
¿Cómo llorar sin que el ahogo recurra a los suspiros
Invocando a los espectros de este lúgubre momento?

Una vela encendida está rezando por nosotras
Y su llama danzante predice el destino
Súbita nostalgia deja rastros aullando a media noche
Con sollozos dedicados a los artefactos del cielo

La espesura de la noche va robando los caminos
Erizando la piel del otoño y contagiando los sueños.
Su aroma se pierde entre partículas de luz muertas
Viajando por los rincones de este lugar deshabitado.



Kokoro.

Busqué mi corazón entre tanta carne,
Encontré un espacio sin nadie,
Un bulto seco y abierto
Que intenta regenerarse con el tiempo.
Se resiste al abandono de la materia inerte.

Mira como cae el corazón sin latidos,
Intenta escuchar su silencio,
Enredado entre el aire y las arterias,
Cuelga casi dormido.

Mi sed nunca fue saciada
Y tengo que buscarme las formas de transitar
Por este espacio distanciado del hombre.
Busco descifrar los secretos de este cuerpo,
Pero me tropiezo entre los caminos empedrados.

La piel es el síntoma de mi enfermedad
Que se esparce por los rincones sin hogar del cuerpo,
No hay cura para la boca que se desgasta en palabras
Ahogando su nombre entre el pálpito de mis labios.

Podría leerse mi piel enajenada,
Intentar bombearle amor a este frío invierno,
Invocar un abrazo que pueda devolverme la existencia,
Ofrendo mi voz a cambio.










Charlotte Von T. (Zapala, 1997). Seudónimo de Carla Navarro Torres. Proviene de Curacautín. Profesora de Lengua Castellana y Comunicación por la Universidad Católica de Temuco. Ha participado en diversos talleres literarios e instancias de lectura poética en Temuco. Directora y editora en Revista Observatorio [19]. Lectora compulsiva, admiradora de la poesía japonesa. Escribe reseñas literarias y comenta sus diversas lecturas en la cuenta de Instagram @los_libros_de_charlotte