nos ha sido dado:
la lengua que no dice
los ojos que no miran
para desvestirnos
el viento engendra
la noche blanca.
la realidad
es una casa
habitada por soledades
pura sombra
donde no crecen
los yuyos
el aire
tiene miedo de ser
una versión
de la memoria
en el umbral
solo tinieblas
inocentes
sin voz.
la palabra
caverna del fuego primitivo
apaga la noche
para desnudar la cicatriz.
al nombrar
transforma en luz
lo inabarcable.
el cuerpo
arraigado país
de ficciones
con mi sangre
proclama
los enigmas
del comienzo
niega
la pureza
de la materia.
un poema que empiece
“ahorcado con proverbios
en la cuenta regresiva de la fascinación”
no contiene la intensidad
de una cicatriz de bala en la rodilla
pero es otra manera
de amortiguar la caída.
la ruta nos traga
serpiente negra
que se incrusta
en el desierto
un par de autos
rompen los dominios
del viento
cueros de pumas
en los alambrados
embanderan
la propiedad privada.
David González (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 1979) Argentina. Vive en Viedma, Patagonia Argentina desde 1986. Publica textos y poemas en revistas impresas o digitales, páginas web de Latinoamérica, EEUU y España. Publica la plaquette de poesía “11” (ediciones de La Mariposa y La Iguana) en el año 2016 y en en 2019, 40º 63º, un poemario editado por Vela al Viento. Integra 11+4, un colectivo artístico de diversos lenguajes (poesía, música, imagen, teatro, etc) 2016/2020. Integra Ojos de Perro, historias escritas a 4 manos, con Laura Raiteri y Postales de relatos con ilustraciones de Chelo Candia.
Fotografía: H. Bello Saavedra