Ocasos otoñales de amores vagabundos
Me he transportado a un lugar incierto.
Un lugar donde la confianza es escasa.
Donde el nerviosismo te delata,
Y la tristeza te invade en un pestañeo.
La verdad no asoma.
Ya no sabes qué es real.
Porque todo es completamente falso.
La vida te muestra el camino a una muerte inminente.
Tal vez por no creer en nada ya.
El dolor se apodera de ti día a día,
Y el amor es un acto de cobardía.
Me peleo con la muerte y su sabiduría.
Para vivir en un mundo que me invade con su hipocresía.
Tal vez deba descansar y volver a la realidad.
Pero es ahí cuando me doy cuenta,
Que he muerto.
Hay veces en que escribo palabras sin sentido.
Pero con todo sentido de razón.
La razón y el corazón, no funcionan.
Las mentiras sobran y el alma se destroza.
A veces creo en tus palabras.
Pero hay otras en que no.
Mi confianza fue tuya.
Me rendí, me confundí y me perdí.
Te ganaste mi cariño, mi verdad.
No fue fácil aceptar la realidad.
Una realidad de fracaso tras fracaso.
Y éxito tras éxito, en cada sueño de cada noche.
Soy incapaz de creer en la felicidad.
Ya que me acompaña la soledad.
Solía caminar bajo la lluvia,
Ninguna gota tocaba su cuerpo,
Era invisible.
Las nubes desaparecían en el horizonte,
Ya no tenía norte,
Pero llevaba cortes en su corazón.
Dañado por amores del tiempo
Que hacían sus días lentos,
Y en su mente una confusión de pensamientos,
Cansado de la melancolía,
Un día se sintió perdido,
Y puso fin a su vida.
Su corazón estaba congelado,
Su amor destruido,
Ya no sonreía,
Ya no lloraba,
Ahora era fría,
Sus días eran iguales,
Sus noches en soledad,
Solo quería desaparecer,
La pena era su monotonía,
Y ella por dentro moría.
Y entonces se decidió,
Salto al vacío con los ojos cerrados
Y el corazón en la mano,
Esperando poder volar,
Pero a él no le habían dado alas,
A pesar de todo,
Nunca perdió la fe,
Nunca perdió la esperanza,
Nunca perdió su sueño,
Y antes de caer al frío suelo y desaparecer,
Su nombre susurró.
Quisiera tomar tu mano bajo un cielo gris,
Paseando por la orilla del mar,
Perdernos en los meses de verano,
Y abrazarte en el frío invierno,
Besarte hasta el último suspiro,
Y mirar en lo más profundo de tu alma.
El ocaso veía venir,
Solo quería morir,
Aunque la muerte era su mayor miedo,
Su nerviosismo hacía temblar sus manos,
Al aire libre se sentía aliviado,
Y por las noches pasaba agobiado,
Su mirada se perdía en el infinito del universo,
Y por eso todo lo plasmaba en versos,
Él solo quería conocer a una mujer,
Pero sabía que sufriría otra vez.
En mi mente eres un recuerdo del subconsciente,
Me gustaría conocerte y tenerte,
Fuiste creada para ser feliz,
Para ser amada y valorada,
Aunque solo te sueño cada noche,
Y mi ilusión de ti durante el día es incomprensible,
Creo que te amo con la mayor locura que existe.
Y tu recuerdo vive en mi mente,
Me pregunto, ¿Estaré en tu corazón?
¿Estaré aún en tus pensamientos?
Quizá ya se los llevó el viento
O quedarán olvidados en el tiempo,
Tal vez ya se las llevó la lluvia
O se quedaron en aquel día gris,
la última vez que supe de ti.
David Huina Castro, 30 años, utiliza el seudónimo de YoContraTodos, actualmente estudia Ped. En historia en la Universidad Católica de Temuco, anteriormente estudió Comunicación Audiovisual en Santiago, de la cual no se tituló, se dedica a la fotografía en general, ha vivido en diferentes partes tanto en Santiago como en Temuco, en estos momentos su residencia esta en Padre Las Casas. Participó en el concurso “100 poemas para ni roncar” para Nicanor Parra, donde aparece entre los 100 elegidos. Dejó de escribir hace ya mucho tiempo pero le gustaría volver, sabe que la inspiración está ahí, hay que despertarla.