Es el año 2016. Felipe Urrea cursa segundo medio. Es la noche previa a una importante disertación sobre la obra cúlmine de Jenaro Prieto: El Socio. Pasar o no pasar de curso depende de la exposición. Ni se digna a leer el libro. Lee una docena de resúmenes, algunas investigaciones de calidad cuestionable y un par de papers. Le basta para armar una narrativa. La mañana siguiente llega y habla con muchísima razón. Logra engañar a la profesora y a los pocos compañeros de clase que le ponen algo de atención. Logra incluso engañarse a sí mismo. Dos semanas después recibe su nota: 7,0. Dos años después y llevado, al menos en parte, por la culpa, lee finalmente el libro. Era a todas luces una obra maestra.
Es el año 1927. Jenaro Prieto se propone escribir su segunda novela. El éxito de “Un muerto de mal criterio” comienza a pesarle cada vez más. La tinta se estampa en papeles que se acumulan sin llegar a nada. La sombra del fracaso lo oprime. Las horas continuadas de trabajo se suceden sin que apenas se de cuenta. Está en un pequeño limbo en el que solo existe él y su segunda novela, que aún no está escrita pero existe. Deja de dormir y cuando tres días después el cansancio lo vence, al despertar, el manuscrito le espera sobre su escritorio. Él no recuerda haberlo escrito, desconoce incluso cualquier idea vaga de su contenido. Cuando termina de leerlo lo sabe, es el libro que lo hará perdurar.
Es el año 1889. María Letelier sostiene en sus brazos a un bebé muerto. Balbucea entre dientes. Las lágrimas le corren por las mejillas hasta que se acumulan en su mentón en una gorda gota que nunca termina de caer. Su esposo la mira mecer a esa criatura pálida y ligeramente azul. A su vez, el doctor lo mira a él sintiendo una culpa completamente fuera de lugar: No había nada que hacer. Su esposo se acerca pero el doctor le detiene: “Hay que darle un poco de tiempo, hombre”. Él hace caso y se sienta a los pies de la cama. Sabe que al día siguiente vendrán sus padres a conocer a su nietito, lo que no sabe es lo que les dirá.
Dionisios Iseka. Nació en la ciudad de Angol (1998). Realizó sus primeros estudios en el Colegio Básico Aragón. Continuando su formación de Enseñanza Media en el “Colegio Angol”. Actualmente, cursa estudios superiores de “Licenciatura en Artes Visuales”, en la Universidad Católica de Temuco.